Madre, por siempre divino tesoro

Una nueva generación emerge con ganas de luchar, crecer, aprender, educarse y progresar por el bienestar de sus futuros hijos. Nosotros, la generación entrante, trabajamos, estudiamos y nos fajamos por lograr lo que queremos. Aunque nosotros luchamos y crecemos cada día en cada etapa de la vida, hay unas personas que lo hacen junto a nosotros, nuestras madres. Nosotros vivimos cada día con ganas de ir por más gracias a la inspiración de nuestras madres.

El sacrificio de una madre es inexplicable, el tener que volver a empezar a vivir todas las etapas de la vida con sus hijos, el tener que trabajar para que los niños coman o hacer quehaceres para que esos niños tengan un hogar limpio. Las madres tienen la tarea difícil de tener y criar a estas criaturas sin un manual y con las esperanzas de que crezcan siendo personas de bien. Para mi ese tipo de presión es exhorbitante y solamente lo sentiré cuando yo misma sea madre.

Se que en el mundo existen madres excepcionales, pero me voy a enfocar en la mas brutal del mundo, la mia. Mi mamá, Zenaida, es la menor de cuatro hermanos, la única de ellos en terminar un bachillerato en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Rio Piedras en Pedagogía y trabajó como maestra de educación especial en el sistema público de Puerto Rico por más de 30 años. Vivió ocho meses en New Hampshire, donde se mudo sin saber ni una pizca de inglés y regreso a Puerto Rico cuando allá le dio mucho frío. Regresa, conoce a mi papá y me tiene a mi, su única hija, a sus 39 años.

Mi madre es una mujer determinada, trabajadora, cariñosa y todo que la conoce queda encantado con ella. Mami me lo ha dado todo, pero entre todo, lo más que siempre tendré presente es que me enseñó a trabajar duro para lo que quiero. Me enseñó a que con mucho esfuerzo y dedicación uno logra todo lo que uno quiere en la vida. También me enseñó que los logros no vienen rápido pero con el tiempo, esos esfuerzos siempre van a rendir frutos. Todas las cualidades de mi mamá la hacen excepcional y es el tipo de mujer que nació con el instinto maternal innato.

Por eso y por mil razones, gracias mamá. Por todos los sacrificios que has hecho por mi estos pasados 22 años. Por todas esas sonrisas y esas lagrimas que compartimos juntas. Por darme las fuerzas que siempre necesito cuando a veces ni tú las tienes. Porque yo se que aunque te duele, me estás dando las energías y la inspiración para crecer y volar. Porque me diste un excelente modelo a seguir. Yo me inspiro todos los días a trabajar para ser como tú, para poder llegar a mi mayor potencial como tú me has enseñado. Trabajo y hago todo lo posible porque se que puedo hacer más por mi y por hacerte orgullosa. Lo agradecida que te soy a ti y a la vida por tenerte presente en la mia no se pueden expresar con palabras.

Feliz cumpleaños madre. Que Dios te cuide siempre y que te de muchos años más de vida para poder seguir disfrutándote. Te amo.